“Estoy quemado/a”. Quizás esta frase te suene porque alguna vez lo has sentido. Es una sensación de desgaste que va más allá de sentir estrés o de sentir que estamos manejando varios platillos en el aire a la vez. Cuando uno presenta el síndrome de Burn out, siente un agotamiento a nivel físico, mental y emocional; se irrita fácilmente, y ve que por mucho que haga, cada vez es menos productivo/a y siente que no da más de sí. Burn out es el resultado de una exposición prolongada al estrés.
La realidad es que lidiar con el trabajo y con nuestra vida personal y familiar no es fácil. Ninguna persona está libre de acabar quemado/a y todos tenemos una salud mental, por lo que tenemos que saber cómo identificar este problema y cómo prevenirlo y tratarlo.
¿Cómo podemos protegernos del burn out? La clave: incorporar en nuestro día a día hábitos saludables, cognitivos, emocionales, o de conducta, que nos protejan ante las situaciones cambiantes y de estrés que vivimos. Una forma es respetar las pausas para los descansos y la comida. Otra es equilibrar el tiempo que dedico a mi trabajo y el tiempo que me dedico a mí o a mi familia.
Lo que quiero decir es que cuidar de uno mismo/a es una responsabilidad personal. Cuidar de uno mismo/a incluye poner atención e interpretar las señales de nuestro cuerpo y las emociones que sentimos. Cuidar de uno mismo/a supone hacer los cambios necesarios para aumentar nuestro bienestar.
Una manera de cuidarnos es practicando mindfulness. Mindfulness significa prestar atención de manera intencional al momento presente. Estar aquí y ahora. Parar ciertos momentos del día para poner atención a nuestra respiración o a alguna parte de nuestro cuerpo. Cuando hacemos estas paradas, recargamos la mente. Cuando ponemos nuestra atención en un lugar concreto de nuestro cuerpo, aprendemos a observar nuestros pensamientos y emociones en lugar de rumiarlos y engancharnos a ellos. Mindfulness nos ayuda a tomar perspectiva y crear un espacio para responder y no reaccionar ante las situaciones de la vida.
Te animo a que te descargues aplicaciones gratuitas como Petit Bambou, Elefante Zen o Calm. En ellas, encontrarás audios donde puedes practicar: 5, 30 o 45 minutos. Tu eliges lo que puedes ese día.
Recuerda lo que dijo una vez Alberto Einstein: “locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. Si te sientes mal, prueba a incorporar hábitos diferentes como la práctica de mindfulness. Si el agotamiento se mantiene, entonces es hora de pedir ayuda.
María José Ortega, Psicóloga Sanitaria