Hablar con nuestros hijos como prevención de tantas cosas… Una habilidad que todos debemos adquirir.
Muchos padres dudamos que sea adecuado hablar con sus hijos del tema del alcohol y otras drogas. Otros pensamos que no es posible que nuestros hijos tengan relación con sustancias ilegales. Y otros, finalmente, retrasamos el tema porque no sabemos lo que decir ni cómo hacerlo; o porque tenemos miedo de introducir esas ideas en la mente de nuestros hijos. Fuente: A Parent s Guide To Prevention, U.S. Department Of Eduction
No espere hasta el momento en que piense que su hijo tiene un problema. Muchos jóvenes que asisten a los programas de tratamiento cuentan que tomaron alcohol y otras drogas durante dos años sin que sus padres se dieran cuenta. Empiece pronto a hablarles del tema del alcohol y otras drogas, y mantenga abiertas las líneas de comunicación. No debe asustarle admitir que no posee todas las respuestas.
Deje que sus hijos sepan que el tema le interesan y que pueden colaborar juntos para encontrar las respuestas. Incluimos aquí algunas sugerencias básicas que mejorarán su capacidad de hablar con sus hijos acerca del alcohol y otras drogas:
APRENDA A ESCUCHAR:
Asegúrese de que sus hijos se sienten cómodos al plantearle preguntas o problemas. Escuche atentamente lo que le dicen. No deje que lo que oye le encolerice y ponga fin por ello a la conversación. Si es necesario, haga una pausa de 5 minutos para calmarse antes de seguir hablando. Tome nota también de lo que su hijo no dice. Si no le habla de problemas, tome la iniciativa y pregúntele cómo le va en la escuela y en otras actividades. Muéstrese dispuesto a debatir los temas más delicados Los jóvenes necesitan saber que pueden confiar en sus padres para obtener información precisa acerca de los temas que les importan. No escatime las alabanzas Ponga de relieve aquellas cosas que sus hijos hacen bien, en lugar de concentrarse en las que se equivocan.
Cuando los padres están más dispuestos a alabar que a criticar, los hijos aprenden a sentirse bien consigo mismos y desarrollan la capacidad de confiar en su propio juicio. Emita mensajes claros Cuando hable sobre el alcohol y las drogas, debe estar seguro de que sus hijos reciben con claridad el mensaje de que no deben tomar ni el uno ni las otras, para que sepan con exactitud lo que se espera de ellos. Por ejemplo, dígales: “En nuestra familia no está permitido tomar drogas ilegales y a los jóvenes no se les permite beber.” Sea un modelo de buena conducta Los niños aprenden tanto con la enseñanza como con el ejemplo. Los hijos modelan su conducta a partir de la de los padres, por lo que debe estar seguro de que sus actos reflejan las normas de honestidad, integridad y juego limpio que espera de sus hijos.
SUGERENCIAS PARA LA COMUNICACIÓN:
La comunicación eficaz entre padres e hijos no es siempre fácil de conseguir. Los jóvenes y los adultos tienen estilos de comunicación diferentes y maneras distintas de responder en una conversación. Además, el momento y la atmósfera pueden determinar el éxito que tendrá la comunicación. Los padres deben buscar el momento de hablar con sus hijos de una manera tranquila, sin prisas.
Las sugerencias siguientes tratan de ayudarle a lograr una mejor comunicación. Escuchar Prestar atención. No interrumpir. No preparar la respuesta mientras su hijo está hablando. Reservar los juicios hasta que su hijo haya terminado de hablar y le haya pedido una respuesta. Mirar, fíjese en el lenguaje corporal y la expresión facial de su hijo. ¿Parece nervioso o incómodo? ¿Bosteza, tamborilea con los dedos sobre la mesa, da golpecitos con el pie, mira el reloj? ¿O parece relajado, sonríe y le mira a los ojos? La lectura de esos signos ayuda a los padres a saber cómo se siente su hijo.
Durante la conversación, muestre que reconoce lo que su hijo le está diciendo. Si está sentado, incline el cuerpo hacia delante; si pasean, tóquele un hombro, o asienta con la cabeza y mantenga el contacto ocular. Responder “Me preocupa mucho que…” o “Comprendo que a veces es difícil…” son una manera mejor de responder a su hijo que empezar con frases del tipo “Deberías…”, “Si yo estuviera en tu lugar…” o “Cuando yo tenía tu edad no…”
Si un hijo le cuenta algo que preferiría no haber oído, no ignore esas frases. No conteste con un consejo a todas las afirmaciones. Es mejor escuchar con atención y tratar de entender los sentimientos reales que hay detrás de las palabras. Asegúrese de entender lo que su hijo quiere decir. Repita lo que ha creído entender y pídale confirmación.
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