La falta de tiempo, las distracciones y el estrés influyen en nuestra capacidad de estar enfocados. En ocasiones, se produce un circulo vicioso que nos cuesta romper: cuando no podemos enfocarnos en el trabajo por las distracciones, nos sentimos estresados porque somos incapaces de ser productivos, y ese estrés a su vez incrementa nuestra incapacidad para concentrarnos.
¿Podemos hacer algo para romper este círculo? Una interesante investigación de Kandi Weins (“Leading Through Burnout: The influence of Emotional Intelligence on the Ability of Executive Level Physician Leaders to Cope Occupational Stress and Burnout”) descubrió que una de las razones por las que las personas colapsan y otras no, es porque estas últimas utilizan la Inteligencia Emocional para gestionar el estrés. En particular, la autoconciencia y el autocontrol para mejorar su capacidad de estar enfocados.
Según Weins, utiliza tu autoconciencia para analizar aspectos personales:
- Por qué te sientes ansioso y estresado. Coge un boli y papel y escribe las fuentes de tu estrés. ¿Cómo vas a tratar el estrés si no sabes las causas de su existencia? Ordénalos en función de si son elementos que puedes cambiar o no están en tu mano modificarlos.
- Cómo pierdes tu habilidad para enfocarte. Ahora entiende cómo se dispersa tu atención (patrones), para aprender a mejorar tu enfoque.
Una vez que conozcas las situaciones que te generan estrés y cómo pierdes la concentración, puedes utilizar las siguientes estrategias para mantenerte enfocado (autocontrol):
- Comienza por una desintoxicación digital: limita periódicamente el acceso al mundo digital. Las personas que revisan constantemente su correo, los mensajes y las redes sociales afirman estar más estresadas. Organiza y ponte tiempos.
- Dale un descanso a tu cerebro: necesitas dormir 7 u 8 horas para que puedas concentrarte. La privación de sueño y de descanso deteriora nuestra habilidad para planificar y actuar correctamente.
- Practica mindfulness: si no encuentras la concentración, no sigas frustrándote. Para un momento para recomponerte y lleva tu atención a la respiración y a tu cuerpo. Ponte un audio de mindfulness, por ejemplo, de exploración corporal, y luego vuelve al trabajo.
- Cambia tu enfoque hacia los demás: cuando nos fijamos en nuestras preocupaciones, es posible que dejemos de prestar atención a las personas que más nos importan. Si prestas atención a los sentimientos y necesidades de los demás, y te preocupas por ellos, no solo evitarás enfocarte en tu estrés, sino que, además, sabrás que estás haciendo algo significativo para alguien a quien quieres o aprecias.
María José Ortega