Desgraciadamente, cada dos por tres vemos en las noticias desastres naturales que azotan nuestro planeta, ataques terroristas, accidentes y otras situaciones que tienen un impacto en nosotros.
Casi todos sabemos realizar una reanimación cardio- pulmonar o diversas técnicas básicas de primeros auxilios. Pero, ¿sabemos cómo auxiliar psicológicamente a una persona en una situación de crisis y emergencia?
No podemos eliminar el dolor que un familiar siente por un ser querido que ha fallecido o borrar el recuerdo terrorífico del que ha pasado por una tragedia, pero podemos acompañarlo y ayudarle a atravesar esos momentos amargos, podemos hacerle comprender lo que le está ocurriendo y, sobre todo, escucharlo.
Aquí tenemos cuatro pautas básicas:
- A medida que la persona percibe menos posibilidades de afrontar o escapar del peligro y este se hace más inminente, aumenta la probabilidad de que su miedo se intensifique hasta llegar al pánico y resulte más difícil comunicarse con ella.
Ante un evento de fuerte impacto emocional resulta difícil establecer una comunicación eficaz, debido a que el afectado por la situación puede estar respondiendo más a nivel emocional que a nivel racional. No intentar “hacerla entrar en razón” mediante consejos o explicaciones.
- A mayor estado de descontrol de la persona, mayor firmeza y sencillez en las instrucciones.
Cuando la persona se ve en peligro puede encontrarse ansiosa, desorientada e incluso con sensación de irrealidad, de que no es cierto lo que está pasando. Por estas razones es poco probable que sea capaz de procesar o entender mensajes largos. Así, es conveniente dar instrucciones firmes pero en tono calmado, y breves pero concretas.
A medida que el individuo se muestra más calmado y confiado, se le pueden ir explicando las operaciones que se van a realizar o se están realizando siempre y cuando no se vaya a alarmar aún más.
- En la medida de lo posible, asegurar unas condiciones mínimas de reposo, alejándolos, de cualquier estímulo visual directo vinculado con la tragedia.
Uno de los principales objetivos es conseguir que las personas afectadas se sientan seguras y protegidas.
- Escuchar activamente y permitir la manifestación de las emociones.
Escuchar a la persona de forma activa, permitiendo que se exprese, y transmitirla que su reacción es normal y que la mayoría de las personas se recuperan ante las reacciones de tensión.
Por último, mencionar que la prevención es un aspecto muy importante. ¿Qué podemos hacer para autoprotegernos?
- Conocer los factores naturales y artificiales que pueden ser una amenaza en el hogar y la ciudad (incendios, inundaciones, terremotos…).
- Conocer el plan de evacuación del edificio donde se vive y de la empresa en la que se trabaja.
- Conocer y adoptar planes de autoprotección adecuados para las amenazas detectadas.
- Formarse en primeros auxilios.
- Realizar y participar de forma “seria” en los simulacros.
Desde Healthy Work, contamos con psicólogos especialistas en intervención en crisis y hemos asistido psicológicamente a numerosos empleados y familiares que han sufrido, desgraciadamente, situaciones traumáticas en nuestro país. Si necesita ayuda, no dude en consultarnos.
María José Ortega