En estos difíciles momentos, donde muchos de nuestros familiares y de las personas que nos rodean están falleciendo, donde estamos alejados de nuestros seres queridos, y nos sentimos en ocasiones ansiosos y desorientados, puede que aparezcan diferentes preguntas de tipo existencial: ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Qué sentido tiene el sufrimiento? ¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Hacia dónde voy?
Hay mucha sabiduría en la conocida frase de Nietzsche cuando dice: “Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”. Viktor Frankl en su libro, “El hombre en búsqueda de sentido” (el cual recomiendo su lectura), plantea que las personas que tienen un propósito o una vida con significado logran superar adversidades con mayor éxito, incluso, por ejemplo, las condiciones tan horribles de un campo de concentración que nos describe Frankl.
Ocurre, también, que vivimos en la era posmoderna, una era que caracteriza a una sociedad forzada a vivir de una manera más abierta y reflexiva, despersonalizada por diversas tecnologías, la cual afronta riesgos e incertidumbres diariamente y compuesta por formas sociales y culturales que ofrecen poca contención emocional y estabilidad personal. Todas estas transformaciones han hecho que la ansiedad y la desesperación se incrementen forzosamente y que disminuyan nuestros recursos internos para hacernos cargo del sufrimiento psíquico.
Wong (2012) explica que el significado existencial guarda relación con al menos 7 preguntas:
- ¿Quién soy yo?
- ¿Qué debo hacer con mi vida para que merezca la pena?
- ¿Qué puedo hacer para encontrar la felicidad y estar satisfecho en la vida?
- ¿Cómo puedo tomar las decisiones correctas en una época de ambigüedad moral y valores contradictorios?
- ¿De dónde soy y a dónde voy?
- ¿Cuál es el sentido de vivir frente al sufrimiento y la muerte?
- ¿Qué sucede después de la muerte?
Aunque cada uno tendrá que responder a sus propias preguntas, Yalom (1984) describe algunas actividades que nos pueden ayudar a encontrar un sentido de propósito vital:
- El altruismo: la Real Academia Española define altruismo como la “Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”. Hacer del mundo un lugar mejor, servir a otros o realizar voluntariados son actividades que proporcionan significado a la vida de muchas personas.
- La consagración a una causa: por ejemplo, religiosa. Para que una actividad tenga significado es importante que se eleve al individuo por encima de su propio nivel.
- La creatividad: el hecho de crear algo nuevo, original o bonito, constituye un poderoso antídoto contra la falta de sentido vital.
- La autorrealización: es decir, la motivación de nuestro propio crecimiento personal. Otra fuente de significado personal es la creencia de que los seres humanos deben luchar por realizarse y dedicarse tiempo a poner en práctica todas sus cualidades potenciales. Maslow nos dice que “cuando la persona se siente realizada, ya no se preocupa por la “expresión de si misma” y se preocupa por cuidar a los demás o involucrase en metas que trascienden a su propio yo”.