El aprendizaje es el proceso por el que se adquieren y se modifican conocimientos, actitudes, conductas o habilidades ya sea a través de la experiencia, el razonamiento, la observación o la instrucción. Es un proceso que hace uso de la atención, la memoria, el lenguaje, etc.
En vez de centrarnos en cómo es el funcionamiento cerebral que permite que aprendamos o las funciones ejecutivas que están involucradas en el proceso, podemos enfocarnos en las distintas etapas o fases por las que hay que pasar para aprender y lograr cierta maestría en algo:
- Inconscientemente incompetente: En esta fase no se sabe llevar a cabo algo y no se es consciente de que no poseen los conocimientos o las aptitudes para poder conseguir los resultados deseados. Durante esta etapa se puede aplicar perfectamente la famosa frase: “Ignorance is bliss”. Desde esta etapa se pasa a la siguiente al cometer errores y comprendiendo que estos errores se dan por culpa de nuestra propia incompetencia.
- Conscientemente incompetente: Aquí se logra la conciencia de que en efecto no se poseen los conocimientos o las habilidades necesarias para desempeñar correctamente una tarea o función además de reconocer la importancia de aquello que queremos aprender. Para ello, es esencial practicar y experimentar para cometer errores y poder aprender de dichos errores.
- Conscientemente competente: Durante esta fase se ha logrado aprender de los errores que se estaban cometiendo previamente y se sabe realizar la tarea deseada. Dicho eso, para realizarla es necesario una gran cantidad de atención y concentración centrándose en los pasos que tiene que dar y la manera en la que los tiene que dar.
- Inconscientemente competente: Después de practicar de forma repetida durante un periodo de tiempo prologado se puede realizar la tarea de forma correcta sin la necesidad de estar continuamente concentrados en el proceso. Se puede llevar a cabo de forma automática al haber interiorizado una serie de hábitos correctos a lo largo del tiempo.
Es crucial entender aquellos retos y resistencias con los que nos encontramos a la hora de enfrentarnos a una situación o a un contexto nuevo. El saber que vamos a cometer errores una y otra vez en el camino del aprendizaje nos permite enfocarlo con otra actitud y percibir los errores como oportunidades de crecimiento, en vez de verlos cómo obstáculos que confirman nuestra incompetencia o imposibilitan el aprendizaje.
Un buen aprendizaje debe de dejar de focalizarse en enseñar y preocuparse por asegurarse de que el empleado llega a esa competencia inconsciente y automática. Esto es lo que hacemos en Healthy Work con nuestros cursos de formación.
Juan González