No creo que sea el primero que cuestione la necesidad de separar trabajo y vida. Y menos en los tiempos que corren donde todavía muchas personas trabajan desde casa. Algunas hasta “para siempre”. Lo cierto es que trabajar es parte de nuestro día a día y debería ser algo más que un medio de ganarse la vida. Algunas personas tenemos la suerte de disfrutar trabajando y de realizarnos como personas al hacerlo. Es por esto que debemos entender que los momentos en los que trabajamos y aquellos en los que disfrutamos de tiempo con nosotros mismos o con nuestros seres queridos, se difuminan y pueden generar confusión aumentando nuestro estrés. Debemos aprender a intercalar a lo largo del día el trabajo con el ocio. Debemos saber cuándo toca desconectar para mantener el bienestar anhelado y recargar energía. La gestión del tiempo ahora es diferente. Debemos seguir buscando la felicidad y el bienestar y en esa tarea, el tiempo que dediquemos a todo lo que hacemos durante la semana, lo determinamos nosotros mismos, siempre y cuando no generemos conflicto con nuestras parejas e hijos. Una persona puede disfrutar trabajando sin parar, pero si sus familiares se sienten abandonados podemos tener un problema y sin duda generaremos conflicto y estrés. Otras personas encontrarán el estrés y el conflicto al tener que dedicar mucho tiempo a un trabajo sin sentido, quizás monótono o demasiado demandante cuando preferirían disfrutar de ocio y compañía. He llenado este artículo de “deberías” y esto puede también aumentar nuestro estrés. Debemos intentar hacer cambios que nos hagan sentirnos bien a la hora de gestionar el tiempo y esos cambios tenemos que hacerlos pasito a pasito, siendo compasivos con nosotros mismos y no dejando que la tiranía de los debería nos bloquee. Hay que cuidarse.
Miguel Angel Cristobal