“Mírame a los ojos cuando te hablo…” Algo que muchos de nosotros hemos escuchado, algo con mucho sentido y que hoy, con el uso de la tecnología hemos perdido. Parece increíble como la comunicación a través de la tecnología nos ha privado de ese 70% que dicen algunos estudios que aporta la comunicación no verbal.
Según algunos estudios, la comunicación digital está afectando la capacidad empática de las personas. Llegamos a pedir perdón en un WhatsApp sin ver la cara de la persona que nos lee, o peor, a regañar, recriminar o incluso insultar sin tener el feedback corporal de la persona que está al otro lado del teléfono o el ordenador. Resulta más fácil evitar el efecto de nuestras palabras y retomar las conversaciones después, cuando sabemos que nos han perdonado sin haber estado expuestos a lo desagradable del efecto de nuestras palabras.
Solo podemos recomendar el libro de Sherry Turkle “En defensa da la conversación. El poder de la conversación en la era digital” donde podemos leer sobre anuncios que recomiendan conectarse a Facebook para evitar el rollo de la abuela durante la cena o como un WhatsApp o un mail nos permiten controlar, reescribir e incluso pedir opiniones antes de expresarnos, algo que hace que después nos de miedo la comunicación cara a cara donde podemos equivocarnos y nos volvemos más vulnerables.
Desde Healthy Work solo queremos recordar que la tecnología está aquí para quedarse. Igual que el teléfono fijo o el tren. Pero que debemos aprender a utilizarla sin que se convierta en una herramienta que disminuya nuestra capacidad empática. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Una por ejemplo es prohibir los teléfonos a la hora de la cena familiar, o en comidas los fines de semana con los amigos. Solo así no nos olvidaremos de lo que es una conversación y desarrollaremos las habilidades necesarias para estar presentes en una comunicación.