Me levando esta mañana escuchando las noticias en la televisión. Trato de que este sea mi único momento del día en el que me informo de la situación que estamos viviendo. Me he dado cuenta de que, estar recibiendo en WhatsApp mensajes cada dos por tres sobre el coronavirus y mirando con frecuencia noticias en internet, me genera ansiedad. Así que estoy gestionando la frecuencia y cantidad de información que me llega (y la que busco), para no estar sobreinformada y angustiarme más de la cuenta.
Aunque este no es el tema que me trae a escribir en nuestro blog. Me he despertado escuchando que el planeta es el principal beneficiado del coronavirus. Que este parón está causando estragos en nuestras economías, pero beneficia al medio ambiente. Solo hay que ver las imágenes por satélite de China, y de todo el mundo. Niveles insólitos de dióxido de nitrógeno. En Madrid y Barcelona, aire más puro. En Venecia, aguas cristalinas. Oye, ¡pues me ha sacado una sonrisa! Me alegro de que algo positivo esté surgiendo de toda esta situación de confinamiento.
Todo apunta a que, entre otras cosas, el teletrabajo está contribuyendo a estos resultados. Cuando termine toda esta situación excepcional, ¿seguirán las empresas manteniendo el trabajo remoto en sus empleados/as? Esto que estamos consiguiendo en el medio ambiente, ¿es sostenible en el tiempo? Ojalá esto sirva para ver el teletrabajo como una solución para los atascos, la conciliación y la salud del planeta. Que no sea algo excepcional en las empresas de nuestro país.