Hay que desterrar la idea de que todo conflicto laboral es negativo y destructivo, y empezar a pensar que los conflictos productivos generan valor. ¿Por qué? Porque colaborar o trabajar en equipo se vuelve innecesario si todo el mundo está de acuerdo en todo. Por ejemplo, fijémonos en el ejemplo de Apple. Sus fundadores, Steve Jobs y Steve Wozniak, eran incompatibles en su estilo y personalidad, pero su capacidad para combinar sus puntos fuertes (ya que se dice que Jobs era el vendedor visionario y Wozniak el genio inventor) fue lo que convirtió a Apple en un gigante de la tecnología.
Pero claro, no todos los conflictos son productivos. A veces los participantes no quieren resolver el problema, sino que lo que realmente quieren es salir victoriosos de la situación a toda costa. “Salirme con la mía” o “quedar por encima de los demás”. Aunque no se haya resuelto nada y aunque esto no aporte valor a la empresa ni al equipo, y seamos conscientes de ello.
¿Qué podemos hacer para resolver un conflicto laboral?
¿Alguna vez has escuchado hablar de la comunicación no violenta de M. Rosenberg? Es un modelo de comunicación que pone el énfasis en los siguientes puntos, muy importantes si queremos resolver un problema con alguien:
- Separar la observación de los hechos con la evaluación. ¿Qué significa esto? Que tendemos a pensar en términos de juicios moralistas los unos de los otros: bueno, malo, egoísta, generoso, correcto e incorrecto. Fomentamos una postura a la defensiva de resistencia en los demás cuando les juzgamos. Aquí viene un ejemplo. No es lo mismo decir “María, no he recibido la confirmación de la reunión”, que decir “María, no has hecho tu trabajo”. Tampoco es lo mismo decir “Ronaldo en este partido no ha marcado un gol” a “Ronaldo es un mal jugador”. ¿A que no nos lo tomamos igual?
- Para resolver un conflicto, la segunda parte esencial es expresar cómo nos sentimos. ¡Qué poco hablamos de nuestros sentimientos a veces!, ¿verdad? Hablar desde las emociones nos ayuda a conectar con el otro, nos ayuda a tender puentes. Esto no significa expresar nuestros pensamientos (por ejemplo, “siento que no recibí un trato justo”). Sino expresar emociones. Por ejemplo, “me siento frustrado cuando me pides algo que no está en mi mano resolver y no sé cómo poder ayudarte”.
- Y, por último, tenemos que expresar la necesidad, lo que queremos una vez expresada la emoción. Muchas veces nos quedamos en la queja: “es que no has limpiado tu habitación”, “es que me tratas fatal” … pero no expresamos lo que queremos y necesitamos a partir de ahora. En este momento, es importante evitar hablar de forma vaga y abstracta. A la persona le tiene que quedar claro lo que queremos a partir de ahora y que eso se ha entendido.
Las investigaciones realizadas hasta el momento han demostrado que podemos percibir que nuestros trabajos son más satisfactorios cuando tenemos relaciones positivas con la gente con la que trabajamos. Por lo tanto, nos conviene invertir en crear relaciones laborales positivas.
Si quieres más información sobre cómo resolver un conflicto entre compañeros en el ámbito laboral no dudes en contactarnos.