Parece que hoy en día vivimos en la era del estrés. Los nervios, la ansiedad y el estrés forman parte de nuestro día a día de forma casi muy natural. La cantidad de tareas diarias que tenemos que realizar, las autoexigencias que nos marcamos o intentar alcanzar los objetivos que tenemos en mente, habitualmente nos genera mucha presión. Entre otras cosas, esto produce que un porcentaje muy alto de las consultas al médico de cabecera o a las consultas de nosotros, los psicólogos, sean debidas a problemas emocionales relacionados con el estrés y la ansiedad.
Pues bien, esta reflexión nos lleva a preguntarnos si es el estrés en sí mismo perjudicial para nuestra salud. Porque si es así, estamos ante un grave problema de salud mundial que debemos abordar inmediatamente.
Me gustaría que pensaseis sobre esta afirmación: “Si sufres estrés, tienes un mayor riesgo de muerte”. En tu opinión, ¿esta afirmación es verdadera o falsa? Tomate tu tiempo.
Normalmente el sí gana. De hecho, hasta hace bien poco, incluso los profesionales de la salud respondíamos con un rotundo sí. Pero para responder a esta pregunta, me gustaría mostraros los resultados de una de las más sorprendentes investigaciones que se ha realizado sobre estrés en los últimos tiempos.
Esta investigación se realizó en EE. UU. y en él se estudió a 30.000 adultos a lo largo de 8 años, desde 1998 hasta 2006. A los sujetos se les realizaba dos preguntas: la primera estaba relacionada con los niveles de estrés que experimentaban (p.ej: “¿Cuánto estrés ha experimentado en el último año?“); la segunda pregunta, y aquí viene lo interesante, tenía que ver con sus percepciones acerca de cómo el estrés afectaba a su salud (p.ej: “¿Cree que el estrés es malo para su salud?“). Para tener datos concretos usaron el registro público de fallecimientos y así pudieron constatar quienes fallecieron durante ese tiempo.
Las conclusiones fueron curiosas:
- En primer lugar, aquellas personas que experimentaron mucho estrés en el año anterior, el riesgo de muerte se incrementó en un 43%. Pero eso solo fue cierto para la gente que también creía que el estrés era perjudicial para su salud.
- Las personas que experimentaron mucho estrés, pero no veían el estrés como algo nocivo, no tuvieron más posibilidades de morir.
- De hecho, en todo el estudio, tuvieron el menor riesgo de muerte incluyendo a las personas que habían tenido poco estrés.
¿Cuál es la conclusión de todo esto? Que el peligro no se encuentra solo en el estrés per se, sino nuestra manera de vivirlo, de enfocarlo.
Impactante, ¿verdad?
¿Cambiar nuestra percepción sobre el estrés puede hacernos más saludables? La ciencia nos dice que sí. Al cambiar mi opinión sobre el estrés, se puede cambiar la respuesta del cuerpo ante el estrés.
Si te ha parecido interesante, te recomiendo ver un TED TALK donde se ve reflejado este estudio y otros sobre estrés y percepción: “Como convertir el estrés en tu amigo” de Kelly McGonigal.