Secuestrados por el estrés
Nos hemos acostumbrado al estrés. Nos hemos acostumbrado hasta tal punto, que incluso hemos desarrollado un cierto síndrome de Estocolmo, es decir, muchos de nosotros tenemos una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con nuestro captor. Sabemos que el estrés aumenta el riesgo de sufrir una isquemia cerebral: una obstrucción del flujo sanguíneo…