Ya estamos quemados. Podemos ayudar.
Estamos todos cansados. El estado de hipervigilancia para controlar lo incontrolable nos ha dejado agotados y no contamos con la energía necesaria para trabajar con eficacia. Por otro lado, no hay nada a la vista que prometa un buen futuro seguro para la mayoría de las personas: hay ERTE, despidos, no parece que podamos viajar…