Cada uno toma sus decisiones sobre aquello que quiere compartir en el trabajo. Al fin y al cabo, son muchas horas trabajando. Hasta donde queremos compartir es una decisión personal pero también marcada por las políticas y los valores dentro de la empresa y por factores relacionados con la situación social. Pues bien, el COVID ha permitido que hablemos de salud mental en el trabajo. Lo del bienestar que ya estaba encima de la mesa de la mayoría de las compañías, – se hablaba de ejercicio, alimentación e incluso de sueño- ya no basta. El bienestar ahora incluye lo psicológico. El mundo empresarial debe preocuparse por los empleados, por su salud física y ahora por su salud mental.
Me comenta mi hija que ha empezado a trabajar en una startup en USA que puede cogerse hasta dos días libres por motivos de salud mental. Si se encuentra muy estresada puede descansar un día y reponer fuerzas. Puede públicamente decir que necesita ayuda, o que debe recargar fuerzas. Ya antiguamente, cuando un empleado faltaba al trabajo simplemente por que no quería venir hablábamos de “rotación funcional” porque el empleado, al fin y al cabo, volvía con más ganas y regenerado y eso era bueno. Ahora podemos hablar de ello.
Con algunas estadísticas que hablan de un aumento de la ansiedad de un 17% de la plantilla a cifras superiores al 90% como consecuencia del COVID y el confinamiento, es necesario hablar de salud mental y es necesario garantizar el apoyo a todos los empleados si queremos ser competitivos, retener el talento o simplemente si nos importa que todos seamos felices (de felicidad y optimismo sí que se hablaba en las empresas). El número de suicidios ha pasado a ser mas numeroso que los accidentes de tráfico, un 50% de las consultas en salud mental son ahora por ideación suicida, y las llamadas al Programa de Asistencia al Empleado (PAE) relacionadas con ansiedad debido a la pandemia se han multiplicado por tres. Se hablaba de que la tercera ola sería la de la salud mental. Ahora no sabemos si será la cuarta o mejor, si sabemos, que ya lleva tiempo en nuestras vidas.
Ahora más que nunca necesitamos ayudar a las personas a funcionar en mundos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos (VUCA). Debemos de aprender a ser resilientes, a contar con las herramientas necesarias para vivir momentos como el que hemos vivido y seguimos viviendo. Los perfeccionistas deben trabajar en su exigencia, los que buscan el logro deberán tolerar los errores, los que buscan ser validados y la aprobación de los demás deberán aprender a moverse sin ese contacto físico que tanto necesitan. Los managers deberán aprender a estar ahí para sus equipos, ayudar a procesar las incertidumbres que no sabemos cuándo acabarán. Al fin y al cabo, deberemos hablar y abordar la salud mental en el ámbito laboral. Por fin.
Healthy Work ofrece programas de Asistencia al Empleado, asesoramiento en bienestar y numerosos cursos para managers y empleados relacionados con la salud mental y la gestión de equipos saludables.