Tantas herramientas para ser resilientes (y tantas que no utilizamos). Está el ejercicio, comer sano, dormir bien, contar con el apoyo de familiares, amigos y compañeros de trabajo, manejar mejor nuestros pensamientos, la relajación y el mindfulness, está la curiosidad para vencer el miedo y hoy hablamos en Healthy Work del autoconocimiento. No cabe duda de que cuanto mejor nos conocemos mejor manejaremos la pandemia o cualquier situación estresante. Nuestras creencias no siempre son obvias. En un iceberg donde los comportamientos son lo que vemos y los valores y pensamientos descansan en la superficie del mar, las creencias se sitúan bien profundas en nuestro ser. Un paciente esta semana me decía que durante el temporal Filomena que cubrió Madrid de nieve hace unos días no tenia comida ni en la nevera ni en la despensa. ¿Y por qué no pediste ayuda? le pregunté. ¿Yo? Me dijo. Nunca la he pedido.
Debajo de esta idea de que pedir ayuda muestra debilidad hay una creencia arraigada que condiciona como nos enfrentamos a las dificultades. Detrás de no podemos confiar en nadie, o el mundo debe ser justo o tengo poco control sobre lo que me sucede están creencias fruto de las interacciones con nuestros seres queridos a lo largo de una vida. Conocerlas nos da una ventaja en la vida. Nos hace más resilientes. Cuando las cosas se ponen duras y no hay comida en la nevera tendremos que luchar contra la creencia de no poder pedir ayuda.
Dicen los expertos que la mayoría de las creencias se basan en la necesidad de logro, la necesidad de control o la de aceptación. En está época de COVID, en este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo que nos rodea no podemos controlar y es fácil cometer errores Pretender que siempre nos quieran, controlar todo o hacerlo todo perfecto no son creencias que nos ayuden a ser resilientes por sí mismas, pero conocernos y conocerlas si puede ayudarnos a tomar las decisiones adecuadas. Creemos lo que creemos, pero sabiéndolo podemos escoger mejor lo que queremos o debemos hacer para manejar mejor las situaciones difíciles.
Miguel Ángel Cristobal